Pausas activas en el trabajo: beneficios fisiológicos que protegen tu salud.

En el entorno laboral actual, donde predominan las jornadas prolongadas frente a un escritorio, la exposición constante a pantallas y la repetición de tareas físicas o mentales, el cuerpo humano sufre una serie de tensiones que, si no se gestionan adecuadamente, pueden derivar en trastornos músculo-esqueléticos, fatiga, estrés y otros problemas de salud. Frente a esta realidad, las pausas activas se han consolidado como una estrategia efectiva dentro de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) para prevenir enfermedades y mejorar el bienestar físico de los trabajadores.

¿Qué son las pausas activas?

Son breves interrupciones durante la jornada laboral (de entre 5 y 15 minutos) en las que los trabajadores realizan ejercicios suaves de estiramiento, respiración y movilidad corporal. Estas actividades están diseñadas para activar la circulación, relajar los músculos, reducir la fatiga mental y mejorar la postura.

Beneficios fisiológicos comprobados

1. Mejora la circulación sanguínea

Estar muchas horas en una misma posición (especialmente sentado) reduce el flujo sanguíneo. Las pausas activas estimulan el movimiento de las extremidades y evitan la rigidez, lo que disminuye el riesgo de enfermedades circulatorias, como várices o trombosis venosa.

2. Prevención de trastornos músculo-esqueléticos

Movilizar y estirar músculos y articulaciones ayuda a prevenir lesiones por esfuerzo repetitivo, contracturas, lumbalgias y otras afecciones comunes en puestos administrativos o manuales. También mejora la postura corporal y reduce el dolor de cuello, espalda y muñecas.

3. Reducción de la fatiga y aumento del oxígeno

Durante una pausa activa, la respiración se profundiza, lo que aumenta el suministro de oxígeno al cerebro y los músculos, mejorando la atención, el estado de alerta y el desempeño físico general.

4. Activación del sistema neuromuscular

Los ejercicios ligeros ayudan a despertar el cuerpo y mantenerlo en estado óptimo, especialmente durante jornadas extensas. Esto contribuye a mejorar la coordinación motora, la movilidad articular y la agilidad física.

5. Regulación del metabolismo y control del peso

La inactividad prolongada reduce el gasto energético. Incorporar pausas activas ayuda a reactivar el metabolismo, lo que colabora en la prevención del sobrepeso, el síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares asociadas al sedentarismo laboral.

Recomendaciones para su implementación

Realizar pausas activas cada 2 o 3 horas durante la jornada.
Incluir ejercicios de estiramiento de cuello, hombros, espalda, brazos y piernas.
Incorporar ejercicios de respiración profunda y relajación.
Promover la participación de todo el equipo, incluyendo líderes y supervisores.
Adaptarlas a la naturaleza del puesto de trabajo (oficina, planta, transporte, etc.).

Un compromiso con la salud ocupacional

Incluir pausas activas en la rutina diaria no es una pérdida de tiempo; es una inversión en salud, productividad y prevención de enfermedades. Por eso, su implementación debe formar parte del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST), respaldada por la legislación nacional (Ley 1562 de 2012, Resolución 0312 de 2019).

El cuerpo es la herramienta principal del trabajador. Cuidarlo con acciones sencillas, como una pausa activa, puede marcar la diferencia entre un entorno laboral saludable y uno que genera enfermedad.